jueves, 28 de febrero de 2013
Palabras del Rector de la UCSAR, Alí Ramón Rojas Olaya, en el Acto de Grado de la Promocion XXV
Muy buenos días, hoy es el año internacional de la esfera de agua y año internacional de la quinua, es decir, es un año ecológico y alimenticio. Por otra parte es el año nacional de Jacinto Convit, hombre que ha dedicado toda su vida a hacer el bien sin mirar a quien, y quien muchas veces ha dicho una frase que yo en lo particular la he hecho filosofía de vida “ser humano es un deber”. Lo que hoy nos congrega en la Universidad Católica Santa Rosa, institución que le da génesis a la academia venezolana, es la graduación de un grupo de venezolanas y venezolanos en distintos campos del saber: educación, teología, ciencias penales y criminológicas, comunicación social y, lamentablemente, nadie en filosofía. Igual me referiré a cada una de estas ramas del saber. Comenzaré, precisamente con la filosofía en el recuerdo del pensador mexicano Leopoldo Zea quien comienza su obra juvenil, En torno a una filosofía americana, con una aparente paradoja:
“Antes de ahora el hombre americano no había tenido necesidad de una cultura que le fuese propia, cómodamente había vivido a la sombra y de la sombra de la cultura europea. Tan sólo algunos americanos se habían hecho problema de esta falsa situación, de la necesidad de que América tuviese una cultura propia, ya que tenía problemas que sólo el hombre americano podía resolver en la misma forma como los europeos resolvían sus problemas; pero tal manera de pensar fue intrascendente. El americano se sentía seguro al abrigo de una cultura que se le presentaba con el carácter de universal validez. Nuestro tiempo ha sido el encargado de demostrar al americano su error. Un buen día este hombre se ha encontrado con que la cultura, en la cual había puesto su seguridad, se desmorona destruyéndose a sí misma”.
Me imagino que muchas y muchos de ustedes se han de preguntar ¿cómo es posible tener una cultura que no es la propia? ¿No es acaso la cultura un conjunto en su mayor parte de inconscientes proyecciones en el mundo de la vida de "formas simbólicas" con las cuales construimos y percibimos el mundo del cual estamos conscientes? ¿Cuál sería la cultura de aquellos que no tienen "una cultura que les fuese propia"? Son interrogantes que una universidad, en su rol de casa de producción de saberes, debe responder, y debe socializar a través de la discusión colectiva, promoción y divulgación.
Para quienes egresan del postgrado en Ciencias Penales y Criminológicas, ¿Sabían ustedes que Dinamarca tiene el mejor sistema penitenciario del mundo? ¿Saben quién lo creó? Francisco de Miranda, el más universal de los venezolanos fue, entre tantas cosas, un hombre dedicado al estudio penitenciario. Estamos obligados a leerlo, a analizar su legado, así como el de tantas y tantos teóricos, cultores, amautas de Nuestra América quienes están execrados de nuestros planes de estudio.
Para el único egresado en Teología le dejo dos recuerdos: el del sacerdote brasileño Hélder Câmara quien dijera “cuando se sueña solo es sólo un sueño, cuando se sueña colectivamente es el comienzo del cambio”, frase que, si la relacionamos con la que acaba de citar el orador que me antecedió “I have a dream” de Martin Luther King, se redondea la idea.
El otro recuerdo es el del colombiano Camilo Torres Restrepo, quien en su mensaje a los cristianos, dice: “Lo principal en el Catolicismo es el amor al prójimo. "El que ama a su prójimo cumple con su ley." (S. Pablo, Rom. XIII, 8). Este amor, para que sea verdadero, tiene que buscar eficacia. Si la beneficencia, la limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha llamado "la caridad", no alcanza a dar de comer a la mayoría de los hambrientos, ni a vestir a la mayoría de los desnudos, ni a enseñar a la mayoría de los que no saben, tenemos que buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías. Esos medios no los van a buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder, porque generalmente esos medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus privilegios. Por ejemplo, para lograr que haya más trabajo en Colombia, sería mejor que no se sacaran los capitales en forma de dólares y que más bien se invirtieran en el país en fuentes de trabajo. Pero como el peso colombiano se desvaloriza todos los días, los que tienen el dinero y tienen el poder, nunca van a prohibir la exportación del dinero, porque exportándolo se libran de la devaluación. Es necesario entonces quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo a las mayorías pobres. Esto, si se hace rápidamente es lo esencial de una revolución. La Revolución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia violenta. La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de comer al hambriento, que vista al desnudo, que enseñe al que no sabe, que cumpla con las obras de caridad, de amor al prójimo, no solamente en forma ocasional y transitoria, no solamente para unos pocos, sino para la mayoría de nuestros prójimos. Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor para todos”.
Camilo nos dijo también “Yo he dejado los privilegios y deberes del clero, pero no he dejado de ser sacerdote. Creo que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo. He dejado de decir misa para realizar ese amor al prójimo, en el terreno temporal, económico y social. Después de la Revolución los cristianos tendremos la conciencia de que establecimos un sistema que está orientado por el amor al prójimo. La lucha es larga, comencemos ya”.
A quienes se gradúan en Comunicación Social Comunicación Social les obsequio algo del mexicano Fernando Buen Abad quien en su Manifiesto de la Comunicación dice: “Quien abrace el trabajo de la Comunicación deberá ser militante de la verdad y la libertad o será nada. Deberá ser investigador y rebelde en la práctica absoluta contra la alienación. Será un trabajador dispuesto a transformar la realidad miserable en que vivimos para hacer caminos a la libertad de todos... cuanto antes. Será un trabajador consciente de sus contradicciones y de su necesidad de actuar organizado. Creador de cierto trabajo no alienado, purificado y purificante, en el crisol contundente de la praxis. Trabajo que no es mejor o peor que otros, que no es beneficiario de “iluminaciones” o privilegios de especie o clase. A estas horas la Comunicación libre debe abrirse para que las gargantas canten tempestades de insurrección bien pensada y organizada. Quien abrase el trabajo de la Comunicación antepondrá la ética la estética, con ciencia, técnica, artesanía, anchas e irreductibles, como arma en lucha, con imágenes... una “álgebra profunda y concreta” de la libertad expresiva verdadera.
Para las educadoras, les dejo el decálogo de la pedagoga chilena Gabriela Mistral: “(1) Si no puedes amar mucho, no enseñes a niños. (2) Saber es simplificar sin quitar esencia. (3) Repite como la naturaleza repite las especies hasta alcanzar la perfección. (4) Enseña con intención de hermosura, porque la hermosura es madre. (5) Maestro, se fervoroso. Para encender lámparas basta llevar fuego en el corazón. (6) Vivifica tu clase. Cada lección ha de ser viva como un ser. (7) Acuérdate de que tu oficio no es mercancía sino oficio divino. (8) Acuérdate que para dar hay que tener mucho. (9) Antes de dictar tu lección cotidiana mira a tu corazón y ve si está puro. (10) Piensa en que Dios se ha puesto a crear el mundo de mañana.
Las felicito y los felicito por este logro académico alcanzado. Muchas gracias.
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