Religiones en Venezuela apuestan por la paz y la vida
OPINIÓN NUMA MOLINA
Las diferentes religiones que hacen vida
en Venezuela han realizado ya dos encuentros en menos de dos meses.
Estos acontecimientos son el mejor testimonio de nuestra indiscutible
apuesta por la paz y por la convivencia de todos los venezolanos. El
primero tuvo lugar en la sinagoga principal de Caracas, el día 7 de
abril y, como es de suponer, fue la comunidad judía la anfitriona en un
clima muy fraterno y lleno de simbolismo.
El contexto era el de un conversatorio
en el que judíos, musulmanes, católicos y las diferentes confesiones
evangélicas oramos desde la experiencia de la Pascua Judía. Compartimos
el pan en común, nos inspiramos en citas sagradas tomadas de la
milenaria Torá y nos comprometimos como hijos e hijas de esta Patria en
la apuesta por un país en paz con justicia y contra toda forma de
violencia. Isaac Cohen, rabino principal de la Asociación Israelita de
Venezuela presidió esta celebración. Por la Iglesia católica asistieron
el nuncio apostólico monseñor Aldo Giordano y miembros de la Conferencia
Episcopal venezolana junto a un grupo de sacerdotes.
También estuvieron presentes varios
religiosos musulmanes y pastores líderes de las diferentes iglesias
evangélicas. En representación del Gobierno Nacional asistió el ministro
del Poder Popular para las Relaciones Interiores y Justicia, Miguel
Rodríguez Torres, quien cerró el evento con una reflexión sobre el
perdón, que conmovió a todos los presentes.
El jueves pasado, 15 de mayo, de nuevo
se repite la experiencia pero esta vez en el ambiente de una mezquita
musulmana. El Corán con su carga también milenaria de experiencia
religiosa se fue desgranando en el ambiente de un almuerzo en el que
diferentes hermanos judíos, musulmanes, cristianos católicos y
evangélicos de las diferentes iglesias intervinieron con profundas
reflexiones. Puedo decir que se respiraba un ambiente de fraternidad y
macroecumenismo digno de ser imitado en cualquier país del mundo. Así
vivimos los religiosos de las diferentes confesiones este momento
histórico en el que Venezuela ve amenazada la paz por minorías
extremistas que mediante el terror y la muerte quieren hacer creer al
mundo que los venezolanos nos estamos agrediendo masivamente unos a
otros. Esta vez asistieron en representación del Gobierno nacional el
doctor Walter Boza, quien es director de Articulación Religiosa del
Ministerio de Interior y Justicia, y la periodista Blanca Eekhout
segunda vicepresidenta de la Asamblea Nacional.
Fue muy nutrido el número de judíos y,
en modo especial, de rabinos que hacen vida en Caracas, muchos de ellos
venezolanos. Por la Iglesia católica participó el nuncio apostólico
monseñor Aldo Giordano, monseñor Tulio Ramírez, obispo auxiliar de
Caracas y un grupo de sacerdotes. Representativo fue también el número
de pastores de las diferentes iglesias evangélicas quienes aportaron
sus reflexiones en favor de la paz y la convivencia. La feligresía
musulmana que hace vida en Caracas, al igual que la judía un mes atrás,
nos recibió con un calor humano propio de los seres que se dejan habitar
por el Trascendente.
No olvido el momento en que miré a mi
alrededor en la gran mesa y me sorprendí compartiendo un almuerzo árabe
con el nuncio apostólico, un pastor evangélico, el líder religioso de
esa mezquita y el rabino de la principal sinagoga de Caracas. No nos
preguntábamos por nuestras diferencias, por nuestras filosofías, por
nuestro modo de concebir a Dios, sino que soñábamos en voz alta qué obra
buena podemos hacer en común. Una iniciativa que surgió de nuestra
amena conversación fue la de abrir en nuestra Universidad Católica
Santa Rosa, al calor de la facultad de Teología, una cátedra de
Ecumenismo que nos permita reunirnos con mucha más frecuencia alrededor
del quehacer académico, un espacio en el que cada confesión pueda
aportar lo mejor de sí para la promoción de valores y convivencia. En
eso empeñó la palabra el propio rector de esa casa de estudios, el padre
Carlos Boully.
¿SERÁ VERDAD?
Mientras escribo estas líneas estoy
seguro que quienes me leen desde otras latitudes planetarias pensarán
que estoy loco, imaginando realidades hipotéticas y tienen razón. Pues
no ignoro para nada la mala prensa que la industria mediática ha
introyectado en la población mundial. Venezuela no es un país sin
libertades donde nos estamos agrediendo masivamente unos a otros, eso no
es verdad, nuestras diferentes espiritualidades y nuestra cultura
histórica de paz no dan para eso. Detrás de la mentira mediática hay
intereses muy oscuros que buscan generar en la comunidad internacional
la imagen de un país caótico e ingobernable.
Como religiosos de las diferentes
confesiones, todas y todos condenamos el mal, la violencia y la
instigación: “¿Qué solucionamos con violencia?
Yo creo que nada, el problema seguirá
estando ahí, como al principio. ¿No sería más sencillo y menos doloroso
para todos, poder hablar las cosas, e intentar no ser egoístas para que
nadie saliese perjudicado?”, afirmó enfáticamente el rabino Samuel
Garzón de la sinagoga más importante de Caracas. Como creyentes en el
Dios que creó el universo, el mismo que hace salir cada día el sol para
buenos y malos, no podemos decantarnos en favor de grupos minoritarios o
personas que irracionalmente atentan contra la vida humana y hasta la
ecología, pues ya van más de 5.000 árboles cortados salvajemente con
motosierra para armar sus barricadas.
Frente a ese submundo que pregona
violencia, las grandes religiones que hacemos vida en Venezuela
reafirmamos nuestro compromiso macroecuménico en estos encuentros, ese
es nuestro aporte desde la dimensión política de la fe, es nuestro
sueño por una Venezuela en paz, en convivencia, y una apuesta por el
bienestar de todas y de todos.Creo interpretar el sentir de las y los
asistentes como el interés común y genuino que, distante de
parcialidades partidistas, nos empeñamos en el logro de los grandes
valores por la paz y la vida.
Sacerdote jesuita y periodista
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